Autor: María Luisa Silva
Ilustrador: Marco Saraniti
Nacionalidad: chilena
Editorial: Alfaguara Infantil
Premios: “Premio en poesía infantil, Concurso
Poesía y Cuento Infantil dedicado a Gabriela Mistral, 1990. Mención
Honrosa Poesía Infantil. Concurso Nacional de Poesía y Cuento Infantil,
organizado por la Secretaría de Relaciones Culturales. Santiago,
Chile, 1989. Diploma de honor VI concurso nacional de poesía Villa Alemana
V Región 1999 Chile. 3er Premio Cuento infantil Concurso Fundación Lazos
Septiembre 2000 Santiago de Chile”.
Extraído de http://www.marialuisasilva.cl/curric_maluisa.htm
Edad recomendada: 6 años de edad en adelante
Temas a tratar: diversidad, búsqueda del conocimiento,
vida en sociedad.
Tipo de libro: cuento
|
Reseña: El jefe de la selva, Razán el gorila, se dispone a dormir, porque ya es de noche; sin
embargo no logra conciliar el sueño. Un sapo croa poemas a la luna. Razán
indignado, lo expulsa de la selva sin consensuarlo con sus compañeros, los
animales. Esta medida causa molestia en
el resto de los habitantes y posterior arrepentimiento en Razán.
Temas a tratar: Este cuento nos permite trabajar temas
como la tolerancia, en cuanto a conocer y respetar los derechos de cada
individuo. Además, nos invita a explorar sobre secretos de nuestro gran
satélite: la luna. Por otro lado nos permite discutir sobre la vida en
democracia para poder mantener una buena
convivencia entre cada ser.
Extracto:
“Desde lo alto de su árbol, Razán, el jefe
gorila
encargado de cuidar la paz del lugar
revisaba con su mirada astuta por entre helechos y flores
que todo estuviera tranquilo
Cuando estuvo seguro de ello se tendió junto a su familia protegido por las ramas del frondoso árbol
que le servía de hogar. Bostezó y, luego de golpearse el pecho varias veces con ambas manos se dispuso a dormir. Más no fue así, pues de pronto unos extraños ruidos rompieron el silencio de aquella noche
Razán se incorporó.
¿Quién osaba a interrumpir su descanso?” Página 7
encargado de cuidar la paz del lugar
revisaba con su mirada astuta por entre helechos y flores
que todo estuviera tranquilo
Cuando estuvo seguro de ello se tendió junto a su familia protegido por las ramas del frondoso árbol
que le servía de hogar. Bostezó y, luego de golpearse el pecho varias veces con ambas manos se dispuso a dormir. Más no fue así, pues de pronto unos extraños ruidos rompieron el silencio de aquella noche
Razán se incorporó.
¿Quién osaba a interrumpir su descanso?” Página 7
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